Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un “bendito sea Dios” por la mañana
y un mico en el pescante.
Yo quisiera haber sido delineante
o delirante. Safo sensitiva
y heme,
aquí
que soy una perdida
entre tanto mangante.
Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.
De PAZ por esos mundos quise ser traficante
-me detuvieron por la carretera-
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer, y ya es bastante
Una mujer que se preocupa por los demás y que quiere repartir paz, no grandes verdades esenciales desde una torre de marfil o desde la seguridad que da pertenecer a un rebaño; una mujer que, cual misionera, se mete por los peores sitios para llevar sus versos a quien quiera que los necesite. Poemas de esperanza son los que ella da a la gente. Su mundo es el mundo de los obreros, el mundo de la clase baja que sufre la explotación y que necesita ser cantada para llamar la atención sobre su problemática, el mundo de donde ella salió, como en su poema
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