Amor sembraste,
más no paraste a recojerlo,
tan siquiera la cosecha vistes,
y aunque sus frutos ofrecieron,
no los comiste.
¿Quién alquilara mi olvido?
Quiero pues, darte tu boleto.
Quiero lo que quieras.
Y mi deseo es claro, puro y bien cierto.
Si quieres marchar,
mis bendiciones te acompañaran.
Aquí queda tu trigo plateado,
recogido,
molido,
hecho pan.
Si hambre tuvieras en tu caminar,
y mangares no hallares,
date la vuelta,
tu hambruna en mí saciarás.
Expectante me tendrás,
Ve en paz,
corazón.
Marcha a tu destino,
qué a dónde vas,
siempre bien te acogerán.
Esparce tu Amor,
hazlo siempre,
y tu recompensa será paz.
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