jueves, 4 de febrero de 2010

JULIO MAURICIO PACHECO POLANCO DELGADO FLORES

ARS POÉTICA

Donde descanse el sol
Agitados y bravos no triunfará el hastío
Donde descanse el propósito
Brillará el aliento con un vigor incesante

No podrán las horas
Abatir el ensueño, lo maravilloso
No podrán las voces negras
Adueñarse del destino
En el momento decisivo

Donde descanse el sol
El mejor de los cantos ha de exaltarnos
Donde revienten los pulmones
Donde la locura no exista
Donde la noche sea propicia
Para todos los rituales
Para todos los encuentros

Dijo el hombre justo:
¿Qué saber es éste
Que derrota al hombre
Y lo conduce al absurdo
En medio del aburrimiento?

Dijo el hombre santo:
¿Qué arcas miserables
Se cerraron cuando el sediento
Se hizo subversivo
Y el poderoso
La faz de lo envilecido?

Dijo el poeta antes de terminar su canto:
Donde descanse el sol
No podrán las horas
Ni las voces tercas
Cegar las primaveras
Donde el hombre renace
Donde el hombre muere
Con los ojos fijos al poniente

¿Será suficiente todo el mundo?
¿Cuántos hombres se requieren
Para vencer a un solo hombre?
¿Será suficiente todo el mundo?

Y el poeta escribió el final de todos sus versos
Y sonriente de su nuevo saber
Exclamó con certeza un NO
Un rotundo NO invencible.

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