En la pequeñez extrema
de mi cuerpo helado
en la fiebre que quema
desnudo de misterios
el alma se levanta
me lleva a los cielos
donde todo es posible
en abrazos celestes
y caricias rosadas
me dibuja callada
en los centros del arcoiris
y con la voz del hada
me susurra despacio
regresa en la nada
donde todo se mueve
y respira gorriones
mira tus colores
las montañas se abren
esparce los aromas
en soplos de vida.
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