A veces la locura llega
a posarse en mis cabellos
en gritos voraces
que sueñan tus ojos fuegos
A veces la sola amapola
que me florece
fecunda las noches
en latidos acompasados
que viajan en tus pechos
A veces el verde soplo
respira en mis manos
si dibujo en susurros
el fluido del viento
hasta tu pecho.
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