En la pequeña mirada
se abre el horizonte
que sabe en su aroma
la clara llaga
nacida en otros aires
y acunada en los instantes
en las
calladas aguas
que mueven
los barrotes
y solo intuye
llamas
en la huella
del silencio
los eternos abandonos
en brazos de la brisa
y el suspiro en los destierros
gota a gota hasta la nada.
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